domingo, 31 de octubre de 2010

Entre los dos

Por la calle de una ciudad de aproximadamente 4 millones de personas, es común ver cientos o sino miles de ellas caminando, pasando al lado de uno o en dirección contraria. Extrañamente siempre hay algunos que tienen ese "NO SE QUE (NSQ)" (que por lo general tienen algunos grandes artistas) que datraen la mirada de los transeúntes y sobresalen por encima de los demás. No me refiero a su altura física o manera de vestir, sino simplemente a algo interno.
Llegó el momento de una acotación necesaria. Muchos caminan pero no ven, pasan por la misma calle todos los días y después de una año de rutina siguen descubriendo cosas nuevas ahí, yo trato a toda costa de evitar formar parte de este grupo poco atractivo al que voy a llamar antojeristas. FIN DE LA ACOTACIÓN.
Los antojeritas no saben, no conocen y por eso a muchos se les escapan las personas que tienen el NSQ. No se si un día de estos vi a dos personas que tenían estas siglas escritas sobre todo su ser, o si mas bien era la suma de ellas dos la que nos daba mas que positivo. Vi a dos viejos, de edad bastante avanzada, digamos 80 años. Era una pareja, hombre y mujer (necesario aclararlo en el siglo XXI), él llevaba su brazo sobre la espalda de ella y ella lo tomaba con su mano por su cintura (mas bien parecía como cuando alguien sale herido de un partido de fútbol de barrio y otro lo saca quitando peso de su pierna). La situación es que ambos dibujaban una imagen difícil de "no ver." Pero no era esa imagen la que llamaba la atención, sino la comunicación entre ambos. Después de muchos años de matrimonio, su comunicación ya no era con palabras sino en silencio. Solo los pude ver unos cuantos segundos, pero su conversación era evidente. Dicen que la mejor táctica en una guerra es conocer al enemigo, que tal si la mejor táctica de la vida mas bien es conocer al amigo. Para mi (y probablemente sea mentira) esos dos viejos lo habían logrado. Ya sus palabras quedaban de mas, yo no tenían que llenar el espacio entre ellos con palabras. ¿De qué palabras las iban a llenar si desde hace años la vida de los dos consistía exactamente de las mismas actividades? Digamos que llegaron al nivel mas evolucionado de la comunicación, el silencio. Lograron llenar el silencio y no lo dejaron ser evidencia de falta de comunicación o incomodidad. Fácilmente podían estar solo "viendose" o "imaginandose" y a la vez "hablandose."
Me da lastima por los antojeristas que no vieron el silencio entre ellos dos. Y la verdad esa es una de las nuevas metas de mi vida, meta que probablemente cumpla a los 80 años.

1 comentario:

  1. Hey, ¡Adri! Me re gustó la idea del blog. Justamente una de las cosas que estuve pensando hace poco es que hay que aprender a observar TODO.
    Me gusta, me gusta.
    Nos vemos, pibe.
    Siga con lo típico.

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